Como todos los años, en la fecha de dìa de muertos, en la comunidad de San Pedro el Alto y en todas sus colonias Las Juntas, Las Huertas y el Tlacuache realizar la tradicional danza de los viejitos, la cual empieza el 2 de noviembre en el panteòn y todos los participantes hombres y mujeres que participan en esta danza, pero principalmente son hombres pero a escases de ellos las mujeres entran al quite , recorren la mayor parte de las casas donde danzan y recogen su ofrenda, el recorrido termina el 15 de noviembre, donde se juntan los diversos danzantes en la cancha municipal para despedirse y esperar otro año mas para salir. El màs gracioso de los danzantes es el campero quièn realiza una serie de versos hacia las personas con el unico fin de hacerlos quedar mal. Estaremos pendientes hasta el otro año. Una tradiciòn que se lleva a cabo y que debe de perdurar. En hora buena danzantes.
HOLA QUE BIEN POR ESO DE LOS VIEJITOS EN TODOSCOMEN.JEJE. MUY BIEN SUBAN MAS FOS
ResponderEliminarSE VE QUE ESTUVO BUENA LA DESPEDIDA DE LOS VIEJITOS EN LAS HUERTAS. SALUDOS A LOS DE LAS HUERTAS..
ResponderEliminarOK. MUY BIEN LA INFORMACION OJALA SIGAN SUBIENDO MAS FOTOS DE LO Q EN SAN PEDRO EL ALTO SE HACE.AHORA QUE PASO EL DIA DE TODOSCOMEN
ResponderEliminarLes comparto mi poema, inspirado en esa bellísima tradición:
ResponderEliminarLA DANZA DE LOS VIEJITOS
"El célebre Tata Vasco, vio bailar viejo tarasco."
La Danza de los Viejitos,
bastones, máscaras, mitos,
con su traje peculiar,
lucen, brillan a radiar.
Que lindos esos atuendos,
dignos de hombres estupendos,
son por todos admirados
los “uarharis” encorvados.
De Jarácuaro su alma,
usan sombreros de palma,
les cuelgan varios listones,
de Michoacán son pendones.
Gabanes, rojos colores,
grecas negras, ¡son señores!,
es nívea la lana
que los engalana.
Muy vistosa esa franela,
¡que toquen “Flor de Canela”!
y luego “La Golondrina”,
esa pieza es su madrina.
Camisas de manta blanca,
calzones de poca zanca,
sus finos bordados
están bien labrados.
Calzado incansable
de cuero o baqueta,
la suela admirable
resuena coqueta.
Un bastón que no se quiebra,
la madera tiene un don,
parece hasta que celebra,
es muy fino ese bordón.
Son expertos danzarines
y ya carecen de muelas,
bien escuchan los violines,
contrabajos, las vihuelas.
Tienen mucha resistencia,
que bailen “La Competencia”,
purépecha melodía
que alegra la luz del día.
Para éllos, su gran edad,
es poca, una nimiedad,
no hay fatiga en el danzar,
jamás quieren descansar.
Sus achaques y temblores,
hablan de sus mil amores,
en máscara la sonrisa
porque no les corre prisa.
Su patrón, el Niño Dios,
nunca les dará un adiós,
“t’arhepitis” lo han consentido,
desde muy recién nacido.
Benditos están sus pies,
pocas veces un traspiés,
¡que pegue bien el huarache
contra el piso, que retache!
Que sacudan la polilla,
son toda una maravilla,
es verdad, están longevos,
¡pero le echan muchos hue . . .!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Morelia, Michoacán, México, abril del 2010.
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